jueves, 30 de diciembre de 2010

Mis mejores deseos




Os deseo a todos un año 2011 cargado de esperanza y amor por todo lo que hacéis.

martes, 21 de diciembre de 2010

Daños Colaterales

Manejo el pasado
con pulso de artificiero:

desactivo un poema
que aún arde entre mis dedos

y en tus ojos leo

daños colaterales.

Poema de José Baena

(Oficios)

Vendedor de frutas
de la pasión,
ingeniero de caminos
que lleven a ti,
cantante de ópera
ahogado en la ducha,
solista de un grupo
dionisíaco.
Protagonista de españoles
por el mundo,
entrevistador de científicos
invidentes,
conductor de ambulancias,
ex piloto de rallies,
colegial con un tesoro
de cinco euros.
Prestador de servicios
de desahogo,
pirata propietario
de una tienda de ortopedias,
cobrador de deudas
aficionado al nudismo,
taxista loco en la ciudad
que te recorre.
Redactor de fines,
cámara de descompresión,
director de orquesta
que toque tus manos,
perdedor de autobuses,
compositor de parques,
gerente de un desguace
de despertadores.
Lidiador de disputas,
matador de conflictos,
pequeño latifundista
cultivador de amistades,
enfermero de solos,
practicante de solas,
técnico de atención
primaria de sonrisas.
Político mejor no,
teniente de alcalde
de mi sofá,
aventurero que esgrima
la aspiradora y ventile
los cuartos cerrados
de malos humores,
que con caricias planche
la piel de los sábados
por la mañana.
Vástago agradecido,
padre estricto e inspirado,
abuelo cuenta historias
y consentidor,
alumno de ojos
y rodillas abiertas,
aprendiz incansable
del tiempo disponible,
arquitecto de edificios
cimentados de memoria
y habitados por ti y
por tus imágenes…
Y al final de mi extensa
vida laboral,
cuando solo me queden
por cotizar los años,
maestro del arte de
cómo no escribir,
y poeta de culto
recién jubilado.




Extraído de su estupendo blog http://diariodeunmalpoeta.blogspot.com/

viernes, 10 de diciembre de 2010

La costilla de Adán

En un cajón abierto,
notas de perdón y partes médicos
se follan lentamente tu sonrisa.
Fuera, el aliento pegajoso del miedo
rondándote la nuca
y la mano siempre dispuesta

a la amenaza,
al sinsentido más crudo del tacto
dispuesta, digo,
"a enseñarte como a los perros,
a ostias"
............................consagradas a tu deber de esposa
.....................consentidas por la otra mejilla
................como el pan de cada día
.......dámelo hoy,

.que duermen las niñas.


Tu nombre es carne de estadística
a la hora de comer y a él
le sobra hambre.

Pero yo voy a ser un número,
el que empieza con mi voz
al otro lado del mundo,
más allá de tu lecho-condena,

con las manos dispuestas
al abrazo,
a la cura,
dispuestas, digo,
o partirle la cara
al siguiente Adán que ose
recuperar su costilla
a patadas.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Un millón de cosas pendientes...

Últimamente no tengo tiempo para nada y sé que tengo un millón de cosas mal aparcadas, en doble fila, que iré colocando en su lugar. Pero al final todo sigue su curso, el caos y la poesía.

Hay un par de proyectos en el aire y un recital para Enero en Le Bukowski de Egia (Donostia), con fecha sin confirmar, compartiendo escenario con Mikel y Lander, compañeros de batalla en el Leize Gorria. Se va cerrando el día para el "Beber para contarlo" (Tercera Ronda), seguramente el 26 de Febrero en el Bukowski de Malasaña (Madrid). Como diría Ander, "sigo sin ser Benedetti pero vamos a darle caña". Así que contenta de que vayamos haciendo cositas.

No sé si será por el poco tiempo libre del que dispongo o por mi vuelta a los estudios y a las síntesis, pero he vuelto a retomar los haikus. Os dejo unos cuantos colgados.


Haikus del Otoño

Deshójame amor,
que aún guardo verano
bajo el ombligo

*****

Deshójame amor,
gajo a gajo, el corazón
de mandarina.


Haiku de Invierno

Nos sobra invierno
para ceñir tu nieve
a mis aceras

Haiku de Primavera

En primavera,
el sol se corre de luz
por mi ventana.


Haiku de Verano

Calor de agosto,
tu piel de melocotón
destila almíbar.

*****

Sobre el algodón
la lluvia te dibuja
sin camiseta.




Os sigo leyendo a todos los de siempre y a muchos más nuevos, aunque no me dé tiempo a comentar.

martes, 5 de octubre de 2010

Un poema de Gsús Bonilla

buscas lo bello de un poema
en las palomas,

lo monstruoso
en las migajas del suelo;

el mensaje está:
en el pico devastado de las aves.

inviertes tu fortuna en palomas
y las palomas______o_______d
_____________v_____l___n______o
_____________________a


Blog: http://gsusbonilla.blogspot.com/

sábado, 2 de octubre de 2010

Ortigas





Déjame que te cuente
que cuando no levantaba más de un metro
del suelo
buscábamos tritones en la piscina
vacía
de la huerta
y jugábamos a empalarlos
con más curiosidad que sadismo
porque la muerte,
por entonces,
era un experimento
y el dolor no avanzaba más allá
del mapa-cicatriz de mis rodillas.

Mis padres hablaban de mi
con orgullo. Toda la seguridad
del mundo se escondía en un
dedo meñique de mi hermano.
Cada arruga en el rostro de mi abuela
era un rincón donde buscar cariño

y soñar

era el verbo más infinito.

Déjame que te explique
que por entonces
mis hermanos engañaban a los chicos
de ciudad
entre matas que llegaban
hasta el pecho,
y me creía
eso de las ortigas y los sueños

(que si contienes el aliento puedes
cruzarlos sin peligro)

Luego entendí,
tenía truco.

¿Comprendes por qué
aún escribo
y la tinta me huele a vinagre?

jueves, 30 de septiembre de 2010

Las putas de este barrio

9 centímetros parabellum de tacones
que no entienden de leyes
de gravedad
pasean por delante de mi oficina.

25 grados a la sombra
de sus caderas, que fermentan
las flores de primavera
entre sudor y visas oro.

Se pinta los labios en el reflejo
de mi escaparate,
porque quizá tema
a los espejos.


Me sonríe.

Puede que las putas de este barrio
no sean las más bonitas,
pero pisan fuerte las aceras,
y me saludan al pasar.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Recetas de amor para calmar el miedo

A mi madre

A veces ocurre
que me despierto con el miedo
ajustándose a las tripas
y todas las sonrisas en las fotos
de mi infancia
se dibujan de guadañas

Esos días, la llamo

y le pido que me escriba
una receta de cocina,
como un poema de amor de alguien
que (casi) nunca
me dice
te quiero.

martes, 7 de septiembre de 2010

Colegio de Monjas

De las monjas del colegio
recuerdo sus manos
blancas
que nos enseñaban labores
tres veces por semana;

las que olían a pan caliente, manzana
y rosario de madera.

Y de algunas
también

sus nudillos.

lunes, 9 de agosto de 2010

I like It

Me gusta conjugar las palabras
paladearte los verbos,
versarte
versionarme,
vertirme en tu boca
convencerte - correrme - comer de la olla
comerte
la rima

ver-te.

Fácil

Me gustan las cosas fáciles y las personas
complicadas y cómplices
con principios y finales
de puntos y seguidos ... No me apartes
que quiero jugar contigo
en primera persona del plural.

viernes, 18 de junio de 2010

Desconfía

Desconfía
de la gente que escribe historias
en el mejor de los casos
podría inventar algo
sobre ti

En el peor
podría contar
la verdad

jueves, 10 de junio de 2010

Aprender a sonreír

Nos empeñamos
en boquear el aire frente a tu cara
nos esforzamos en que tus movimientos
reflejos
sean algo consciente
o al menos una respuesta
a nuestro estímulo.

Y aprendes, en poco tiempo,
cuatro, seis semanas,
alzando los pómulos a la par
abriendo lo suficiente la boca
para mostrar tu encía rosa
y desdentada.

Nos sentimos Tan Orgullosos,
hacemos fotos,
lo comentamos con los amigos

pero en el fondo,
hay un poso de pena
y rabia

deberíamos nacer sabiendo sonreir
igual que lloramos

también es una cuestión
de supervivencia.

miércoles, 9 de junio de 2010

La Naturaleza NO es sabia

Una madre dejó a su bebé de apenas seis meses de vida dentro del automóvil, cerró las puertas y se fue a la talasoterapia de La Perla, en Donostia. No se llevó con ella al niño porque, según dijo, estaba dormido; por no despertarle. La progenitora, de 38 años, fue detenida acusada de un delito contra los derechos y deberes familiares. El bebé fue rescatado por los bomberos, entregado a los servicios sociales y posteriormente recogido por su abuela.


Noticia Publicada en el Diario Vasco el 8/06/2010




Te despiertas solo,
asustado
y lloras,

porque sólo sabes llorar
cuando estás solo.

Tienes hambre y mamas
con avidez
los pechos de alga
o chocolate
de tu madre,
que destilan todo su estrés

a escasos 100 metros de tu boca.



********

Si la naturaleza fuera sabia como dicen, habría mucha más gente estéril.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Días de Circo





Días de circo,
con la sonrisa equilibrista
en la cuerda de mis labios
luchando por no emprender
su vuelo kamikaze hacia el vacío.

Coserme en la solapa,
una a una,
cada lágrima, como lentejuelas
y salir a la pista central
olvidando todos los malabares
que mantenían a mis sueños
a salvo de la gravedad.

Buscar en mi lengua
el chasquido exacto de látigo
para que no me alcancen las fieras...
pero hoy, han de roerme
hasta el hueso.

Liarme los posos del café
y fumarme los pronósticos de tristeza
para anclarlos al pulmón.
Enterrar en mimbre,
todas las serpientes de humo,
que no consigo domesticar.

Enmudecer ante el micro.

Sentirme pequeña y desnuda
bajo la carpa binaria.

Días de circo,
con restos de desengaño en las pestañas.
Quitarme la pintura de payasa
y la siguiente

y siguiente

y siguiente máscara


hasta asumir el desarraigo
ante el espejo.

jueves, 20 de mayo de 2010



A mi hija cuando nació.
Porque al instinto matenal le precede un sentimiento de extrañeza y vértigo.




Te mezo en mis brazos
como una prolongación de mis miedos
como un arma de futuro esperando munición

Nunca pensé que mi corazón
cupiese en un puño
tan
pequeño.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Reportera de Guerra

De niña
quería ser reportera de guerra,
hasta que en una fiesta de cumpleaños
un globo
me reventó los sueños y despertó
mi pánico a los estallidos.

Ahora, que soy mayor,
a veces escribo poemas
de amor y pienso
que no he renunciado a mi sueño,
sólo he cambiado el campo de batalla.

lunes, 17 de mayo de 2010

Amor de Gato

No te quiero perro fiel
Te quiero gato
Que me rehuya a veces las caricias
O las busque saltando a mi regazo
Pero nunca las acepte indiferente.

No te quiero perro fiel
Te quiero gato
Que relativice mis problemas
Haciéndomelos ver desde un tejado
Y no que me los muestre entre los dientes
Conteniendo el ladrido

No te quiero perro fiel
Te quiero gato
Que me espíe los poemas paseando por mis hombros
Y los desgarre a zarpazos
Que no me los babee de cumplidos.

No te quiero perro fiel
Te quiero gato
Sin collares, ni correas,
Salvo alguna que cuelga del cabecero de tu cama

No te quiero perro fiel
Te quiero gato
Que me arañe el corazón
Y en carne viva, poder gritar
¡Mereció la pena!
Porque fuiste frío, o quemabas
Pero nunca
nada
fue templado


(Eso sí, no te confundas
Si te pillo en otra azotea
Te castro
ya sabes que soy muy perra
y castrar es muy de gatos.)

Sea Breve

-Por favor, sea breve- dijo Zozaya. Esa noche llovía con rabia. Como si hubiera alguien ahí arriba limpiando pecados con una manguera a presión.

-Múltiples heridas de arma blanca en pecho y abdomen. Apunta a una pelea de putas por el territorio - El pelo rojo se desparramaba, como otra mancha de sangre que la lluvia no conseguía diluir.

Sacó el móvil del bolsillo y borró uno de los contactos. El agua enturbiaba su pantalla y limpiaba el pintalabios de la chica muerta. Ajustando el cuello de la gabardina murmuró : “A mí no me borras los pecados”

La mancha de carmín de su camisa quedó a salvo de la lluvia.

jueves, 13 de mayo de 2010

La pipa de la paz

Ella estrangulaba un trapo de cocina para verlo chorrear, y fingía que eran sus lágrimas camino del desagüe. Masticaba palabras y las ganas de rozarle cada vez que pasaba a su lado y en una colisión, ni forzada ni forzosa, una de esas palabras se le desprendió de los labios y fue a parar a mitad del pasillo.

Ninguno pareció darse cuenta.

Él ideaba también disculpas en su cabeza para luego reducirlas con las arrugas de su ceño fruncido, y se posaban sobre los muebles del salón como una fina capa de polvo.
Y al verla jugarse la dignidad frente a un bote de espárragos sin poder pedir ayuda,
se le enredó una sonrisa en la funda del sofá y le soñó un beso en la nuca que se esfumó entre los cojines.

Por la mañana, ella sin abrir los ojos abrazó su ausencia en la cama. Se arrepintió de no usar esponja y tuvo que llorar bajo la ducha porque sólo le quedaba escurrirse
el corazón. Se secó la última lágrima en el quicio de la puerta.

El sol entraba por la ventana hacía rato pero él no se despertó porque no era de día hasta que ella se encaramaba a su espalda, robándole cinco minutos a todos los relojes. Pero se pusó a limpiar y fue el ruido el que lo hizó levantarse, procurando no mirarla de reojo.

Y no tuvieron más que decirse.

Porque él, camino al baño resbaló con la última lágrima y se dió de bruces con la palabra de disculpa huída de unos labios rojos.

Y a ella, mientras sacudía los cojines, le sorprendió un beso en la nuca, y al girarse descubrió corazones y diculpas y sonrisas que volaban entre las motas de polvo.

Se acercaron e hicieron lo único que podían hacer: desprenderse de la rabia como ropa, a caricias.

Después se fumaron la pipa de la paz.

miércoles, 12 de mayo de 2010

El Manuscrito de Dios (Juan Ramón Biedma)

Hoy llueve con rabia. Como si realmente ahí arriba hubiese alguien y quisiera limpiarnos los pecados con una manguera a presión. Después de tantear la situación durante un rato, decido salir a la cafetería aunque me juegue media mañana con ropa mojada. Porque no tengo ganas de hacer llamadas a clientes descontentos, porque no he desayunado y ¿por qué no admitirlo?, me encanta el ruido de mis tacones bailando con los charcos.

Isabel, la dueña del local, con su cara redonda de sonrisa perenne, está haciendo cuentas para algún proveedor. Siempre me ha recordado a las misioneras que nos daban charlas sobre proyectos humanitarios en el colegio de monjas. Cuando termina de revisar albaranes de pedido se me acerca y me dice: "¿Has visto alguna vez el infierno?". No cambia su expresión risueña.

Yo no puedo contestar otra cosa que "¿perdona?" mientras aprieto mi bolso contra el costado. Ella repite impasible "¿Que si has visto alguna vez el infierno?" He debido hacer un gesto negativo con la cabeza porque prosigue "Pues mira, es esto de ahí fuera... o al menos se le parece".

No puedo evitar mirar su antebrazo mientras le pido lo de siempre sonriendo como nunca. Me voy a la mesa y saco el libro del bolso: "El Manuscrito de Dios" de Juan Ramón Biedma. Me río en silencio en mi mesa y pienso que nunca volveré a mirar igual a la misionera de sonrisa perenne. Cada vez que le duela el brazo no pensaré en la tendinitis crónica que compartimos, si no en un pantáculo invertido tatuándose.

(Y en Kansas City y su edificio de telefónica, que fue un breve y dulce infierno. )



****************


Esto me ha ocurrido hace un rato y me ha hecho pensar en que las coincidencias no existen, y que debo inaugurar a la voz de ya una sección de recomendaciones. Creo que la voy a llamar "Que conste que no es peloteo" XD

miércoles, 28 de abril de 2010

Poema Inacabado





Me ronda la idea de hacerte redondo
a besos
lamerte las aristas
con esta lengua de gata arisca
que ronronea al calor de un ron
y entre tus manos.

Me gusta la idea de degustarte
a tientas,
de tentarte todos los sentidos ciegos:

el tacto rugoso de un pezón

el gusto salado de otros labios


Me turba la idea de tumbarte
y follarte en los próximos folios
de este poema,

pero sinceramente,

prefiero acariciar tu piel que cualquier tecla
y creo que es buena excusa para no terminar un ... po...e...

martes, 20 de abril de 2010

I Love My Boy




Desde la ventana del tren
veo a una niña-mujer
sentada en un banco.

Su novio,
supongo,
le increpa desde
arriba, le grita,
se le acerca demasiado para
decirle algo
al oído
y ella aprieta con fuerza
los ojos,
los labios
y los bordes de su minifalda.

Yo observo impotente
como sus pechos adolescentes
se agitan por el llanto,
bajo una camiseta que reza
"I LOVE MY BOY"

Me cago en la(s) moda(s)

lunes, 19 de abril de 2010

Pasas - Milagro



En la mesa de al lado
unas mujeres de unos 50,
bien vestidas,
hablan de las bayas goji.

Dicen :

"Son estupendas para el colesterol"
"ideales contra la fatiga"

"las tomo con yogur"

y cosas por el estilo


Dicen:

"Son como uvas pasas
pero muy rojas"


Como la sangre, pienso


Y me pregunto, si hablaran
alguna vez del
Tíbet
sin nombrar las putas
pasas
milagro.


domingo, 18 de abril de 2010

Ley de Protección de Datos

Quiero ejercitar mi derecho de acceso,
rectificación,
cancelación
y oposición
a los datos que contiene este fichero.

Estoy planteandome seriamente
demandar a mi memoria
por incumplimiento de contrato.

viernes, 16 de abril de 2010

Biografía no autorizada

Tengo dos años y medio,
mi hermana llega
a casa, en el capazo
de la compra.
Yo pienso que esta hecha de golosina.

Cinco años y toda
la seguridad del mundo
se esconde en el dedo
meñique
de mi hermano mayor.

Con siete
los Reyes
me traen el castillo de
Sheila,
en vez de trampas tiene nubes rosas.
Me niego a pedirles nada más,
desde entonces.

Ocho.
Aprendo a cantar
coplas de la Piqué
en el parking del Pryca
Mientras,
mis padres compran
y mi hermana
conoce la vergüenza.

Apuesto,
con nueve,
en el hipódromo de Lasarte
cada Agosto.
5.000 pesetas y
triples gemelas, en un bolso
azul
con lacito de brillantes.

Llego un día de la escuela,
y mi tía nos espera para llevarnos.
Mi madre disimula mal.
Mi amona ...
Tengo once años y aprovecho
una caída en el parque,
para llorar la rabia
de su muerte.

Trece años y malas notas
en química.
Apruebo para que me compren
un tocadiscos.
El crujido de los vinilos
sueña distinto
en mi cuarto. Hace más
cosquillas en la nuca.

Tengo 14 años.
Una aglomeración de gente
me arranca la infancia.

De cuajo.


Ya no soporto que nadie me toque.

sábado, 10 de abril de 2010

Tu peor influencia

Supongamos,
que el orden
estuvo una vez
de mi lado,
aunque fuera el alfabético y
para desordenarte la vida
un poco
o lo suficiente
para querer seguir
a mi lado desde entonces.

No fue el des-tino
sino mi bendita manía
de llegar tarde
a todas partes
pero justo a tiempo
de cruzarnos los caminos
y todos los cables que chispean
a los 18.

Estallaron nuestras risas de confetti
cada jueves
con Satán
sirviendo copas,
quemando penas con vodka
y tu minifalda de cuero.

Quisimos reirnos del miedo,
que la vida
sola
ya acojona bastante.

Aprendimos juntas que
las furgonetas blancas
esconden secretos a voces
y momentos de locura
transitoria. Que los
perros a veces
muerden, pero
también se comen
los móviles, y dejan a su dueño
con el rabo
entre otras piernas.

Y me da igual lo que digan,
si quedamos
Una semana
y cinco días
sueltos, en un año
porque

me enseñaste
que las grandes historias
no necesitan de mucho
tiempo para ser contadas
simplemente necesitan
ser buenas,
como la nuestra.





Supongo que es mi forma de decir feliz cumpleaños y gracias por seguir ahí. Sabes que siempre seré tu peor influencia y tú lo mejor que encontré en la facultad de periodismo.

La primera vez

Como la primera vez,
en la que no hay recuerdo
que contamine el presente.

Quítame el precinto
de estos labios
antes de gastarlos en mis años mozos
(pocos años
demasiados mozos).


Antes de que Zaragoza sea
el recuerdo de una habitación
llena de acentos,
adentro...justo ahí..sí
en el centro del pecho.

Bésame estos pies
antes de que taconeen
por Malasaña
al ritmo de su voz.
Antes de que suenen sus palmas por bulerías
en mi culo,
escondidos
tras cualquier rincón de la casa de mi hermano.
Antes de correrme de placer
y culpa.


Antes de escribir coplillas en un OCB
y fumarnos
y ladrarnos como amantes
y follarnos como perros,
huyendo del invierno que no se va
por más que me plante primaveras
al sur de mi ombligo.

Cuando no me teñía
el pelo
ni la pena.

Ven entonces
y piérdete entre mis pliegues
de mieles
y siémbrame tus flores blancas
al final de mi espalda,
que vamos a rebañarnos
el vicio acumulado
de pensarnos con las manos.

Dime el primer guapa,
de esos que significan
"te quiero",
de esos que
todavía hoy,
me desarman.

sábado, 27 de marzo de 2010

Dedica-dos

Mañana

Antonio se nos ha ido,
-un crujido de silencio-
homenajes en formato mp3
y viajes al pasado sin cinturones
que me amarren el corazón al pecho.

Una vez tú
también te recreaste en mis abismos,
cuando tu risa bailaba al son
de "La chica de ayer"
en aquel piso (la plaza de la niña)

cuando nos comíamos

Madrida
manos llenas
(Plug & Play)
en un fin de semana.

Cuando yo no era otra,
sino distinta,
cuando tú eras el mismo... ¿habrás cambiado?
Quizá también te mires en el espejo
y veas contornos difuminados
caricias de tinta y garabatos de piel

Cierro los ojos,
me tiño los pulmones de verde,
a caladas profundas
(como tus besos)

...puede que te llame...

Mañana,
cuando estas palabras
también sean pasado,
o al menos no se me enreden en la garganta.

*************

De papel de Fumar

Blankita,
la Nieve menos pura,
cortadita con arena y sal
pero coca de la buena,
que se esnifa por los ojos
y te pica el corazón

y la entrepierna

Nieve más pura que puta,
más puta que princesa
y más princesa que muchas.

Poeta de coplillas en papel de liar...

¿Cuándo nos fumamos unos versos?

(Dedicado a Cris, que consiguió que dejase de tenerle manía a Blancanieves)

viernes, 26 de marzo de 2010

Sumideros


Hay días,
como aquel,
que pienso en vomitarlos,
pero me da tanta vergüenza.
Y me pregunto si tendrán fondo
mis sumideros
y si serán mis dedos,
o serán otros dedos,
los que provoquen la arcada que desencadene
todo lo demás.

Sé que todos los abismos son oscuros, gélidos
y apestan.

TODOS.

Pero me avergüenza tanto
que alguien se asome a mis precipicios
y pueda oler la esencia
de lo descompuesto.

Y habrá un mañana,
quizá mañana mismo,
en que trague tu saliva
para aplacar el dolor de las palabras
que busco en diccionarios nunca escritos.
Esas que no pronuncio nunca en voz alta,
sólo bajito frente al espejo,
porque me dan miedo.
Si me avergüenza mirarme
a los ojos en esos momentos,
¿cómo voy a forzar a alguien a abrir la caja de los truenos?

Y soportar la tormenta.

Y lo intento
y no puedo.

A veces soy la histérica del avión
deseando que alguien me abofetee
y otras veces quiero ser
el comandante de este vuelo
cargado de explosivos.

Pienso que debería desnudarme
de piel y huesos
pero me sonroja tanto
la vergüenza que siento
por todos mis borrones de tinta.
Maquillo mis rojeces
de versos y rímel
negro.

Y bajo el listón del 110%

Y atiendo a razones
y llamo al deseo.

Y creo en lo que sientes.

Y crees en lo que siento.

martes, 23 de marzo de 2010

Remember

He decidido ir recopilando los poemas que anteriormente he colgado en otros sitios, por aquello de tener la casa recogida (será que la mudanza me ha afectado más de lo que pensaba). A decir verdad, es también una buena excusa para que no le salgan telarañas a este sitio.

Con espíritu de primavera y las ansiadas vacaciones a la vuelta de la esquina, os dejo con estos remember, que algunos de vosotros ya conocereis.

Al sur de mi ombligo

Miénteme,
dime que me quieres como el primer día
que no te pesa ninguno de los momentos a mi lado
que te excito como un adolescente

Miénteme,
dime que nunca has querido cambiarme
que soy perfecta para ti
que me follarías todas y cada una de las noches

Miénteme si es lo que quieres
pero prefiero que seas sincero
y me quieras con la conciencia de los años
que me digas que pesan momentos,
pero somos dos para cargarlos,
que no te excito con las manos
inexpertas y nerviosas de un adolescente
si no con las sabias manos
que recorren un camino trazado
una y mil veces

Sincérate,
y dime que quieres cambiarme
para hacerme crecer un poco más cada día
que soy terriblemente imperfecta
y me quieres,no con mis defectos,
si no a pesar de ellos,
y que habrá noches en las que necesites
simplemente sentirme presente en tu cama
como el que siente que está en casa.
Y habrá noches que tu hogar estará
al sur de mi ombligo.

Clases de cocina

Mi punto de ebullición se encuentra
díez graditos más arriba
de las rimas que inventas en mi cuerpo,
a un milímetro de distancia
entre tu sexo y mi sexo
justo dos segundos antes
de que el corazón se me escurra a la entrepierna.

Esta noche cocinas.

lunes, 22 de marzo de 2010

Soy una cobarde

(Porque la vida tiene buenas coincidencias
y un sentido del humor demasiado retorcido. )


Por ser mi medio bocata
en las cenas a medias.

Por las noches de juerga,
cerrando los ojos y los bares.

Por la vez que me acompañaste
borrachos como cubas
a la mesa electoral, y después
celebramos que me librara.

Por el streap-poker en el salón de mis padres

Por las veces que nos sorprendió el día
liando el último vuelo en Los Tilos
o las que nos follamos en El Pana
y era mentira,
pero era gracioso contarlo.

Por las cosas que no contamos a nadie más
de aquellas noches.

Porque Manowar no sería lo mismo sin ti.

Por ser mi pareja de hecho,
más que eso, mi hermano,
y cuidarme cuando estaba lejos
mi hombre tranquilo.

Porque no quiero hablarte
de la implosión,
del fundido en negro
de platos en la lavadora,
de momentos de jodida lucidez

Porque sabes que yo lo sé...

No necesito excusas
para no querer mentirte
y me faltan cojones
para decirte la verdad.

Perdón
por ser una cobarde
y no hacerte la única pregunta
que me importa

¿Qué tal llevas lo de tu padre?

Vértigo

No,
No es vértigo,
es que a mi instinto suicida
le gusta asomarse a los balcones,
y prefiero mantenerlo
en estado latente.

jueves, 18 de marzo de 2010

miércoles, 17 de marzo de 2010

Historia de (des)amor: El labrador y la Tierra

Una vez me enamoré de un pez. Boqueaba y se retorcía en mi pecho y yo pensé que eran los mejores besos de amor que jamás me habían dado. Lo quise tanto que lo asfixie en mis fangos.

Una sola vez me enamoré de una lombriz. Ciega reptaba por mi cuerpo con la sabiduría del que siente y cree, sin necesidad de ver. Y la quise tanto que la deje hacer hasta que me dejó hueca por dentro. Y se alimentó de los restos del pez y mordió el mismo centro de mi pecho. Y lloré tanto que la ahogué en mis fangos.

Y dos veces me enamoré de ti. Una el día que llegaste y no huiste al ver este campo de tierra yerma. Cuando te calzaste las botas de labrador y limpiaste de barro las comisuras de mis labios. Y te quise tanto que te arranqué una pepita del corazón y anidó en mi vientre.

Y volví a enamorarme el día que brotó la primera brizna de hierba.

viernes, 12 de marzo de 2010

Sueños en miniatura

Podría resumirlo todo en un GRACIAS, así en mayúsculas, pero sabeis que no es mi estilo.


Apuré el último trago de cerveza y me coloqué la flor en el pelo. Pinté mis labios de un rojo imborrable, o al menos eso dicen en los anuncios. "Se la puedes comer a todo un equipo de waterpolo en la piscina y será lo único que no se corra". Este tipo de gilipolleces me hacen sentir segura.

Fuí a Tribunal a encontrarme con Cris que apareció con su sonrisa por bandera y pensé , mientras se acercaba, "yo quiero una dentista como ésta, con batita blanca y mascarilla, y no al cabrón que tengo, que escatima en anestesia".

Mezclamos las palabras con vodka (ella), cerveza (yo) y empedrado de Malasaña. Al mirarla me di cuenta de que me llevaba 10 años de ventaja, pero a la inversa. Cuando se calzó los tacones recordé exactamente cómo sonaban los míos por este mismo Madrid, tan distinto.

Enfilamos para el buko a saldar todas las cuentas pendientes de una y al entrar tuve esa extraña sensación de déjà vu. Me habían hablado tanto sobre este bar que tuve la impresión de volver, a un lugar que nunca había pisado.

Desde que cruzamos la puerta, Cris se afanó en presentarme a un montón de gente que no recordé más allá de la tercera cerveza y a otros que perdurarán en mi memoria selectiva dentro de unos años. Le puse voz a Gsus, y fue como darle la última vuelta de tuerca a sus poemas. Le puse cara a a Inés, y sonreí también por dentro, al reconocer sus pecas.

Pedí un par de cervezas mientras el local se llenaba de gente. En el aire flotaban el humo de los cigarros y un par de comentarios sobre el culo de Escandar, que no tardó en aparecer cargado de papeles y sonrisas. Y al verle pensé "Tiene los ojos muy grandes y muy vivos". Si te observaba mucho rato sentías que no podías ocultarle nada, aunque puede que sea porque ya conoce secretos en forma de verso.

Las rubias me robaban los nervios en nuestro particular boca a boca mientras hablaba con gente de cuyo nombre no lograba acordarme aunque tenía grabados fragmentos de sus poemas por debajo de la piel. Y todos iban pasando por un metro cuadrado de madera y de sueños. Miré a mi alrededor y vi en los ojos de aquella gente que aún queda magia, más allá de un simple truco.

Cuando había perdido la cuenta de los botellines que llevaba, subió Escan y por cómo me miraba sabía que me llamaba a filas. Me presentó recordando la primera vez que me leyó y sentí que el orgullo y la vergüenza escalaban a partes iguales por mi columna. Leí Esquinas, demasiado deprisa, con los ojos fijos en el papel, que según dicen no tembló en mis manos. En Punto G levanté la vista recordando a la golfa / pelirroja / con piercing en la lengua y sonreí al encontrar a Cris. Me hubiese encantado tener huevos para recitar de memoria el poema que le dediqué hace tiempo, pero no tenía claro si me faltaba o me sobraba una birra para hacerlo. Cerré con Bulimia Emocional, algo atragantada y al bajar ella me recibió con su sonrisa y un abrazo, y mi hermano con un beso y carita de sorpresa.

Luego subió ella y empezó a leer su jodido jazz y supe que Nueva Orleans se había mudado a su ombligo y que la ciclogénesis anunciada para esa noche, se hacía explosiva entre sus piernas, que no distan tanto del cielo.

Hablé horas con Tetsuo sobre las cosas pequeñitas que mueven el mundo, sobre mi absurda teoría de las esdrújulas, sobre lo bonita que es la palabra "aliñado". Hacía preguntas incómodas y yo no daba respuestas al uso. Hacía tiempo que no hablaba así en un bar que no estuviese cerrando. O cerrado.

Hablé con Escandar poco tiempo (o me supo a poco), de mis flirteos con Madrid y de Carlos Salem; se nos llenaba la boca de piropos y los ojitos de sonrisas.

De Julen y Garzi me sorprendió su carita de críos y me hizo pensar si alguno de los niñatos que puebla mi autobús tendrá la mitad de riqueza interior y de ganas de comerse el mundo.

Cuando Inés cerró el bukowski mientras yo le daba las gracias, un poco perjudicada ya, Barbietútica y Etíliko fueron mis acompañantes. Terminamos la noche en el Ya'sta, que es un antro, pero está a dos portales del sofá de mi hermano.

Dormí un par de horas antes de coger el tren de vuelta. No tuve ningún sueño.

Quizá porque llevaba toda la noche soñando despierta.

viernes, 26 de febrero de 2010

jueves, 25 de febrero de 2010

Esquinas

Durante la noche me dedico
al estraperlo de sueños
en miniatura
y me los decomisa la mañana
o el mañana que ahogo
en el café

Y me ayuno las ganas
de contarle a la gente
que algunos de esos
sueños pequeñitos
se me cuelan por las
grietas
de los labios
y me dibujan sonrisas
sin prisa
para los desconocidos
o se agolpan
en la parte trasera
de un autobús urbano

siempre en sentido contrario
a la marcha
para no echar de menos.

Preparan su asedio
las ausencias
que me gritan:
¡Hace tanto que no cuentas
con nadie
que sólo sabes restar!

Pero algún loco sueño
despistado y chiquitito
se empeña en asegurar
que si me tuerzo
lo suficiente
puedo ser la esquina
que siempre he esperado doblar.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Cuentas Pendientes

Le debo
una caricia
por debajo de la ropa
al primer chico que me dió
un beso

una declaración valiente
al de ojitos dulces
que nos dejó tan pronto

un paquete de Marlboro
al Camino
de la facultad de periodismo.

un orgasmo
a un kioskero de Gran Vía
por aquel que le fingí
por teléfono
mientras me cepillaba
los dientes

un momento de locura
transitoria
a la puerta de un hotel
con vistas al mar de sus ojos
y un relato tórrido,
a tres bandas,
a la parte trasera
de una furgoneta blanca

Un poema
a los bancos
de la estación de autobuses
y más de cien
a esa forma
tuya
de mirarme.

Debo
muchas horas extras
como madre, a mi hija,

y a mi padre,
un poco menos de rabia.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Miércoles de Ceniza




Parece una novia. Una pequeña novia, con vestidito de nido de abeja. La lleva observando mucho rato, ella inmóvil, mientras la chaqueta de punto que debió hacerle su abuela, se va tiñendo de un granate oscuro. Una pequeña novia que no debe tener más de 8 años. Ahora que finge dormir, es consciente de su edad, siempre le pareció mayor. Cuando la sentaba en su regazo, cada sábado al terminar la catequesis. Cuando la apretaba contra su polla, y sus manos le contagiaban las arrugas a esos ojitos cada día menos verdes. La esperanza tiende a escurrirse por las mejillas, y destiñe los ojos, cuando empiezas a comprender.

Pero ahora está tendida en el suelo de la sacristía, con los ojos cerrados, y el pelo revuelto. Siente un cosquilleo en su mano derecha y se da cuenta de que aún sostiene un mechón rubio entre sus dedos. Intenta deshacerse de esa caricia, pero se le han enredado y se agita, nervioso, hasta conseguir desprenderse de ese lazo.

"No quería tirar tan fuerte, no fue mi intención, sólo me asusté". No se atreve a levantar la vista, le habla con la cabeza gacha a los pies del cristo, manchados de sangre. Cubiertos de esas sustancia gelationsa en la que se convierte un cerebro cuando te abren la cabeza como una nuez.

Ella tampoco quería, y se asustó, cuando intentó que le tocara por debajo del pantalón. Saltó de su regazo y quiso alcanzar la puerta pero sintió un fuerte tirón en la nuca. Oyó un golpe seco, que ni siquiera pudo sentir. La muerte siempre te llega sin avisar cuando tienes 8 años.

"No quería tirar tan fuerte, lo siento, sólo me asusté". Repite una y otra vez mientras coge la niña por los pies y empieza a tirar de su pequeño cuerpo inerte. El tacto de sus merceditas de charol negro le hace estremecerse y a medida que la arrastra su vestido va subiendo, dejando al descubierto unos leotardos blancos mal colocados. Y ya no puede mirar más. Sigue su procesión con la cabeza vuelta, mirando la puerta del baño que se abre como la boca del mismo infierno. Pero al cruzar el umbral algo le detiene, se gira y ve que los brazos de la pequeña novia se han abierto y parecen agarrarse al marco de la puerta. Al cogerle del hombro para moverla, siente la chaqueta empapada y sus manos se manchan de sangre. Corre a la bañera y empieza a frotarse las manos de manera compulsiva.

Durante tres días participará en la búsqueda de la niña, en las batidas encabezadas por ese padre que cada día tendrá los ojos menos verdes. Y al cuarto día, miércoles, se vestirá con ayuda de los monaguillos para celebrar la misa.


Alzará su mano temblorosa sobre la cabeza del hombre que reza con los labios apretados, y un poco de ceniza caerá en su mejilla mal afeitada. Le hará la señal de la cruz, mientras una lágrima se escurre por la mejilla de ese padre, mezclándose con su hija reducida a cenizas y borrando toda esperanza de sus ojos.

Historias de (des)amor I





Dejo mi corazón en la cuerda de tender miserias y vago por la ciudad buscando un amor barato, sucio y recalentado. Ni siquiera busco un gato pardo, sólo uno callejero que quiera comida y cama de paso. Nada de desayunos con diamantes, no quiero un intercambio de teléfonos. Quiero una muesca en la pared a golpe de cabecero. Un polvo que recordar los días que no me sienta bonita.

Te encuentro en la barra de un bar cualquiera. Tus labios saben a ron y a experiencia. La cosa se pone (dura) seria y pedimos un taxi con la mano que nos queda libre. Sé que debe ser difícil, pero el conductor debería mirar menos el retrovisor y más a la carretera. No me gustaría estrellarme contra un camión de la basura. Hoy no quiero medias tintas ni quedarme a medias.

El portal nos recibe a golpe de cremallera, avanzando a trompicones por escaleras desiertas... O no tanto. Disculpas y “Buenas noches” mientras te subes la bragueta. Tu risa revolotea en mi oído y las llaves que no aparecen y mi puerta que no contiene las ganas.

Entramos y más risas. Un golpe en la cabeza me recuerda que mi lámpara es muy baja y que vemos demasiado porno. Después en mi cuarto no es más de lo mismo. Mis vecinos pueden dar fe de ello. Sabes como perderte, y perderme, por los acantilados del sexo en estado (im)puro. Tus labios no mentían y los míos me emborrachan con tus licores. Incendias mi cama y ardemos hasta quedar reducidos a brasas.

Enciendes un cigarro. Tiempo muerto. Una calada profunda y me lo pasas tan caliente como todo lo que viene de ti. Hace mucho que no veo un culo tan bonito levantarse de mi cama. Cierro los ojos e intento retener la imagen en el humo que aspiro. En un minuto habrás localizado tus pantalones y en diez habrás salido de mi casa.

Abro los ojos y te descubro aún desnudo acariciando el lomo de los libros de mi estantería.

- ¿Me prestas un alfiler de tu corbata?

Sonríes.

-¿Para qué?

Recojo mi maltrecho corazón que viene arrastrándose dejando un reguero de miserias por el parquet. Le soplo las telarañas y lo ensarto en mi pecho. Cuelga algo torcido aunque puede que ese sea exactamente su lugar.

- Otro día te lo cuento.

Tu sonrisa me desarma.

martes, 16 de febrero de 2010

De hoteles y tequieros

Voy a aprovechar este nuevo blog para recuperar algunos relatos que escribí hace tiempo. Para ser sinceros, estoy con la mudanza y a tope con reuniones de trabajo, no doy pa' más, al menos esta semana.



Nunca me han gustado las habitaciones de hotel, tan vacías e impersonales. Tan mudas que tus propios ruidos se te antojan extraños. Por eso me gusta tenerla aquí. Me gusta que el baño se llene de frutas exóticas cada vez que se ducha. Cada azulejo se impregna del olor de su pelo. Adorna la moqueta con sus pies descalzos y resuenan esos pequeños pasos tan cálidos, tan familiares.

Mírala, con su improvisado vestido de toalla. La misma que meterá en la maleta que deshace, cuando yo no mire. Canturrea algo mientras invade cada rincón con cosas que permanecerán allí hasta que volvamos a casa.

Se mete en el baño pero deja la puerta abierta y puedo verla en el espejo del armario. Me siento al borde la cama y la miro. Me encanta observarla cuando cree que está sola. Escudriña su reflejo como el que mira a un extraño. Entorna los ojos, arruga la nariz y parece que le gusta el resultado de tan concienzudo examen, porque sonríe.

Deja caer la toalla y sopesa sus pechos un segundo. Vuelve a arrugar la nariz. Se da media vuelta y apoya un pie en la bañera para embadurnarse en crema de esa que huele tan bien. Mis sábanas huelen así durante días si una noche duerme a mi lado.

Creo que sabe que la miro, o al menos le gustaría que lo hiciera. Conozco este ritual y hace rato que se habría puesto las bragas de no ser así. En cambio sigue ofreciendo su cuerpo a estos ojos cansados y tristes.

Tiene 53 lunares en la espalda (una vez los conté) y unas piernas más largas que una condena en el infierno. Me haría cristiano sólo para pecar con ella. Sale desnuda del baño y se sienta a horcajadas sobre mí.


- Guapa - La quiero, y lo sabe, por eso quizá no se lo digo tanto como quisiera. Me dedica unos ojitos de esos que ponen el corazón blandito.

Nos amamos despacio, en silencio. Y cuando se tumba a mi lado pongo nombre a las constelaciones de estrellas que plagan su espalda.

- Guapa - Te quiero.

- Es que con unos ojos tan bonitos no se puede ver nada feo – Me quiere.

Y su olor se enreda en mi cabeza atando todos los recuerdos con un nudo de doble lazo. Y tengo la certeza de que jamás podré olvidarla.

viernes, 12 de febrero de 2010

Punto G

Al principio no podía imaginarlo
cuando llego aquel
que cantaba al hablar.
Me hacía cosquillas con su barba
entre los muslos
y me empapaba
de su mano en el Paseo,
con su mano, en oleadas

Luego aprendí
que había mares
Más salados.

Costa da Morte fue una re(li)gión
que abarcada de una nuca
a la cadera
salpicada de tinta toda su espalda
y supe que Finisterre
no era un cabo
sino una golfa
pelirroja
con piercing en la lengua.

Empecé a sospecharlo con
aquel producto importado
Made in Argentina
con acento de sábado por la noche
que se diluía entre el café,
y Su leche
por la mañana.

Y en un ascensor
al sur del sur
“Tú y yo aquí encerraos”
terminé por confirmarlo:

Tengo una extraña debilidad por los acentos
O
el punto G pegadito al tímpano.

Cali




Decía que era gallego, pero podría ser de cualquier parte. Le llamábamos el Cali. Todavía no sé si le pusimos nosotros el mote o si era suyo antes de dar a parar al banco que había al lado de mi colegio. Lo que sé es que si le llamabas, “Cali, vente”, él se venía. Se dedicaba a gestionar la recogida selectiva de envases de comercios de la zona; o lo que es lo mismo, reciclaba los cascos de los bares para comer caliente o calentarse la garganta con un orujo de la casa.

Decía que en otro tiempo fue empresario de éxito, y jinete. Lo dejó todo por una yegua que le coceó las venas cada vez que la montó. “Mujer tenía que ser” nos decía. Fue amor al primer beso, pero sus fuegos artificiales fueron las sirenas de una ambulancia. “Ya no la quiero, pero es como una ex que folla bien, siempre te acordarás de los polvos que echabas con ella aunque fuese una hija de puta”.

Decía que odiaba la falsa compasión y los bocadillos de mortadela, que las monjas sólo se los daban por joder. Aún no sé si se refería sólo a la mortadela. Nos fumábamos los dos primeros pitillos de la mañana junto a su banco. Uno para ti y otro para él. Aunque no solía pedirlo nunca. “Sólo si se lo has robado a tu madre de su paquete. Vosotros sois casi tan pobres como yo”. Se reía como los locos de las películas.

Decía que los porros le ponían nostálgico, y que no deberíamos fumarlos, pero que él no era nuestro padre y esperaba no ser nuestro espejo. Nunca nos quedábamos a solas con él, ninguno de nosotros. Imponía cuando le daba uno de sus ataques de ira. Pero a mi me daba más miedo aún cuando estaba lúcido y nos hablaba de la realidad más cruda de la vida. Ésa que huele a madera húmeda clavándose en la espina dorsal, a cubo de basura, y orujo y pan y miseria.

Decía que la gente no presta atención al resto de personas. Que estar sólo no estaba bien visto, “aunque no estés tan sólo como yo”. Aunque a él siempre le acompañaron las incómodas miradas de quién no veía más allá de un (ex-) yonki que se juntaba con unos adolescentes. A saber para qué.

Yo quiero pensar que para enseñarnos que hay gente que pasa por tu vida de puntillas
y aún así deja huella.

jueves, 11 de febrero de 2010

Ejercicio en el patio






Hoy me siento jodidamente culpable. Hace tiempo que tengo una cuenta pendiente con algunos personajes que me esperan, con más resignación que paciencia.

Me miran con ojos llenos de reproches acumulados. Y me hablan con esa voz que ya es la suya, porque todos los personajes tienen una voz propia, aunque luego usen las frases de cualquiera.

“¿Cuándo coño vas a darnos esa historia que nos debes?”

Así que los saco a estirar las piernas un rato, como en el patio de una cárcel, donde los kilómetros no te llevan a ninguna parte. Como en el cuadro de Vincent van Gogh.



La verdad de Jorge

La primera imagen que me viene a la cabeza es Moisés. Bueno, quizá haya sido la segunda. Me siento extraño excitado y pensando en la Biblia, pero esa mujer cruza el bar como quien separa los mares. Cuando llega a la barra yo ya pienso en separar ..

-¡Joder! ¿¡has visto a esa tía!?- claro que la he visto. Todo el bar la ha visto.

Jon me ha sacado de mis ensoñaciones en el momento más inoportuno. No le quita ojo de encima y casi puedo ver el charco de babas en la mesa. Sólo espero no tener la misma cara de gilipollas que él cuando la miro. Aunque no creo que importe porque ella no parece percatarse del olor a testosterona del ambiente.

Se sienta en un taburete y espera a que el camarero se acerque. Pide algo que no puedo oír y rebusca en su bolso para sacar una cajetilla de More.

-¡Esta tremenda! – se ríe demasiado alto, como un crío.

-Y que tengas 37 años Jon... - ¿esto lo he dicho en voz alta? - Es puta – esto seguro que sí lo he dicho bien claro.

-¿Qué? - Jon pone cara de sorprendido y yo le miro impasible.

-Es cuestión de detalles, amigo. Al llegar no ha hecho amago de buscar una cara conocida. Se ha sentado sola en la barra y ahí la tienes con un pitillo que podría durarle media noche y sin mirar una sola vez al reloj. Está claro que no espera a nadie. - como si me oyera, se remueve en el asiento para cambiar de postura. Cruza las piernas y juguetea, aburrida, con el hielo de su copa.
Para calzarse esos pantalones tan ajustados habrá tenido que untarse con vaselina. ¿untada en vaselina? .. Dejo de mirarla y echo mano al Marlboro de Jon.

Una incipiente erección amenaza con reventar mis pantalones.



La verdad de Jon


-¿ Y ahora dónde vas?
-A echar un meo. No sabía que tenia que pedirte permiso, papá.

Me repatea su ironía. Él lo sabe. Creo que por eso la utiliza tanto, para tocarme los cojones. Lleva un paso marcial hacia el tigre. ¿A que habrá venido el numerito del psicoanálisis? Hoy está especialmente raro. Más de lo habitual. ¿Que es puta? Bah! Bueno, ahora que la miro bien tiene pinta de no enseñarte ni la goma del tanga por menos de 300. Si es que lleva. Decido jugar fuerte, aunque quizá sea el whisky el que decida por mi. Nunca he tenido mucho aguante. Me acerco a la barra y ataco por el flanco derecho.

-Mi amigo cree que eres puta y yo creo que él es un gilipollas.- trago saliva. Espero que no haya sonado tan ridículo como en mi cabeza. Se gira y me clava sus ojos de gata.

-Yo creo que los dos sois unos gilipollas. Y dile a tu amigo que siento mucho que no recibiera el cariño necesario en el lupanar donde se crió, pero no hace falta que busque a su madre en todas las mujeres. - me habla despacio, como quien habla a un niño. Sus palabras han sonado como una bofetada. Me doy media vuelta y me dirijo a refugiarme en la mesa. Jorge vuelve del baño y me mira extrañado.

-¿Que coño le has dicho? - su pregunta suena entre nerviosa y divertida.

-Que tú creías que era una puta- Si las miradas matasen me haría el harakiri ante un espejo antes de soportar la de mi amigo.

-Tú es que eres subnormal.

-Y estoy borracho. Nos ha llamado gilipollas a los dos y creo que a ti hijo de puta, pero en plan fino.

-Es que no me lo puedo creer. - se pasa la mano por la cara y se estira de la perilla.

Quizá yo también me deje una. Parece que a las tías les gusta ese rollo. Al menos a él le funciona para dormir caliente siempre que quiere.
Se lleva su vaso y se sienta junto a ella. Desde aquí no puedo oír lo que le dice pero.. ¿se ha reído? Ella se ha reído. La llama puta y ¡se ríe! Tiene que ser la jodida perilla.

Esta semana no me afeito.



La verdad de Ella

-Perdóname, es que tengo complejo de Edipo .

Al menos es ingenioso.

-¡Vaya! Creí que tu amigo era el tonto del grupo. No confiaba en que te llegara el mensaje.

-Él se esfuerza , pero insultar a hermosas desconocidas da muchos puntos. - me río. Este cabrón tiene su gracia. Al menos no es el mismo rollo de siempre.

-En serio, disculpa mi torpeza, es que ver a una mujer como tú, aquí sola .. - me equivoqué. Decido pararle porque me da morbo y no quiero que lo estropee todo.

-No hace falta que me recuerdes lo buena que estoy, eso ya lo sé. Sólo quiero que te despidas de tu amigo por esta noche y me enseñes algo interesante de esta ciudad. - A la yugular. Muchos titubean o simplemente pierden el control de su mandíbula inferior. Él coge el paquete de Marlboro y lo lanza a la mesa de su amigo.

-¡Adiós Jon!

Jon acaba de confirmar mis sospechas. Sí que es el tonto del grupo, con esa cara no cabe duda.

- Esta ciudad apesta, pero mi casa es un lugar de lo más interesante. - me tiende una mano y la estrecho.

Su tacto promete.

miércoles, 10 de febrero de 2010

martes, 9 de febrero de 2010

Bulimia emocional

Durante 2 años fui
vegetariana,
insoportable
y bulímica emocional.

Fuenlabrada fue la
ciudad-dormitorio
donde se dormía menos
y donde comía tortilla de queso
porque siempre
se me dieron bien
las madres.

Durante 12 años fui
bailarina de clásico.
Luego perdí las zapatillas
y el punto dereferencia
para
girar - gritar - girar
entonces
me bailaron todas
las aceras
y vomité más de una grosería
y algún trozo de corazón
que debí comerme
en mal estado.

Y un día
alguien
me de tuvo
asiéndome los tobillos, pero
no
me arrastró a su cama.

Se me escapó una lágrima
y la poca vergüenza
que tengo a ratitos,
porque por
primera vez
me sentí Bonita
de verdad.


Luego me enseñaste a
comer(te)
despacito.

viernes, 5 de febrero de 2010

No necesitan palabras dulces las bocas enamoradas

Pulmones consumidos a suspiros
en un boca-ombligo
saben que eres único
liándome los cigarros y las horas

la alevosía
del sexo de madrugada
en día laboral

Saben de despertadores sonando
y diez-minutos-más
encaramada a tu
espalda

Que quiero sangre bien roja
y no de almíbar
¡Putos comas diabéticos!
a base de rimar
órganos y tequieros

Saben que no necesitan
palabras dulces las bocas
enamoradas

Borra
todas las cicatrices
al calendario,
que no necesito
nada
que me recuerde

la insoportable levedad de mi piel
... sin tu piel

miércoles, 27 de enero de 2010

Se avecinan grandes cambios




** Nosotros mismos debemos ser el cambio que deseamos ver en el mundo. (Gandhi)

** Aprenda cada cual a marchar por el camino que más le convenga. (Propercio)

** ¿Porqué se ha de temer a los cambios? Toda la vida es un cambio. (H. G. Wells)

** Las cosas no cambian cambiamos nosotros. (Henry David Thoreau)

** El cambio es la única cosa inmutable. (Arthur Schopenhauer)

** No hay placer tan agradable como el renovarse. (Publio Siro)

** Nadie puede ser esclavo de su identidad: cuando surge una posibilidad de cambio, hay que cambiar. (Elliot Gould)

** No necesito amigos que cambien cuando yo cambio y asientan cuando yo asiento. Mi sombra lo hace mucho mejor. (Plutarco)



** El futuro dejado a sí mismo, solamente repite el pasado. El cambio sólo puede ocurrir ahora.

(Nisargadatta)

martes, 26 de enero de 2010

La vida viaja en transporte público




Niñas en tacones
con restos de fin de semana
en las pestañas
presumen de tener
los labios
más rojos y más
calientes.

Niños con cadenas
que juegan a ser hombres
pegándose como
Niños,
presumen de tener
los nudillos ensangrentados,
más rojos y más
Curtidos.

El olor de la miseria
que suena a
calderilla de beata
y nunca lleva bonobús.
Que presume de tener
las heridas
más rojas y más
abiertas

(Para remover conciencias y
bolsillos)

El aliento de los perdedores
de siempre,
de los de eterno lunes,
que ni presumen ni ceden
su asiento a las viejas.

Y yo
que los lunes me gusto de
espiar esos murmullos
que me hacen sentir
el corazón
más rojo y más
vivo.

sábado, 23 de enero de 2010

Inercia




Aprieta el botón que pare
esta jodida inercia y
dime

(la verdad)


¿Crees que seguimos haciéndonos
girar?

viernes, 22 de enero de 2010

Hey Joe





Crujía un vinilo de Jimi Hendrix
y tu somier
en aquel piso de Pescadores de Gran Sol

Me enseñaste a robar
vasos y besos
en la barra de un bar

Happy hour
de olas en el Paseo Nuevo

Tu pelo empapaba mi regazo
cuando coleccionábamos caricias
distraídas y etílicas
en el asiento trasero del Renault 21
(del padre) de alguien.

Le levantamos las faldas a la vida
y nos abofeteó
hasta dejarnos las mejillas
preñadas de rubores
esos que sabían a Fresa

Cantábrico (in) experiencia.

Luego abrieron un sex shop
debajo de tu casa
y un mundo de posibilidades
encima de tu cama.

Y pasó el bastardo tiempo
en Pescadores de Gran Sol
donde crujían somieres y vinilos

y mientras (Hey) Joe disparaba a su mujer
una vez más
descubrimos que tequiero era
la mentira más piadosa


y nosotros también tuvimos que huir


martes, 19 de enero de 2010

Hoy




Sólo quiero reventar esta maceta
y arrancarme las raíces
que me aprietan la garganta.

Mañana no vendrá el cartero
me sentiré

mejor

o
no.

jueves, 14 de enero de 2010

La erótica de la esdrújula



Mis Clavículas,
márgenes elípticos
de un cuerpo entregado
al instinto mamífero
De la no-supervivencia entre tus sábanas.

Son Tarántulas,
Tus manos de caricia eléctrica
En la pirámide de carne trémula
y
crisálida de vello


Anuncia la mirada líquida
próximo
El éxtaSIs

(lo) ilícito

Cálculo impreciso de
movimientos mecánicos
Y vuelo de libélulas en
todos los pliegues
húmedos

Soy víctima
de tus in(flujos) mágicos


************************


También se puede leer de abajo a arriba, últimamente me da por jugar con las palabras.

miércoles, 13 de enero de 2010

Aesira



Arrecia el poniente en tu mirada
(ése que anuncia
aguas de vergüenza en solitario)
y yo te aliño todos los pucheros
con hierba buena
Para que te sepan un poquito
a raíces.

Te pesa hoy más la tierra
que trajiste en el bolsillo
que es arena de Getares y salitre del Estrecho
y yo me pinto los labios
con vino dulce,
Y bajo las sábanas todo será
Feria y rebujito

Hoy que nos echan de menos
El ascensor de tu bloque
(y su trayecto hasta el octavo piso)
Palomas que ya no existen
con sus (s)alas vacías y sus
(in)cómodos acomodadores.

Hoy que se atragantan
"Aquellos duros antiguos
que tanto en Cádiz
dieron que hablar"


Prometo cantarte tanguillos
y coplas modernas
Si tu inventas con tus dedos
falsetas en mi entrepierna

Y ser “tan feliz, tan feliz, tan feliz…
Que se nos note en la carita

Yo te enseñe a hablar “perfehto casshtellano”
Y tú a ser más flamenca que vaskita

lunes, 11 de enero de 2010

Recordando cómo se hacía




Al principio me sentía un poco farsante, culpable por utilizar lo que para muchos es sagrado, únicamente para recordarte, pero era la mejor manera de ver tu imagen más clara-mente.

Mientras hablaba bajito a los pies de mi cama, podía oír tu voz ajada con más nitidez, intuía ese suspiro que cerraba todas tus frases.

No sé si fue la nieve o puede que el frío que provocan, bajo la piel, las ausencias... quizá fue verme en mi hija resbalando por la terraza. La misma en la que jugabas a cartas con aquella señora mayor que no recuerdo. Las arrugas ajenas son más difíciles de reconocer y recordar para un niño.

Sin embargo, mientras imploro cada palabra en la penumbra, puedo ver claramente tus labios desdibujados por los años, moviéndose muy despacito, para que memorizase cada palabra en ese tono que tanto,
y tan poco,
se parecían a una canción de cuna.

“-¿Qué haces niña?”

(Resucitar fantasmas - pienso)

-“Rezar, supongo”

domingo, 10 de enero de 2010

El punto de partida



Desandaré despacio las avenidas que me han traído a este preciso y precioso momento. Doblaré las mismas esquinas torcidas de errores y escucharé a Fito mientras las paredes se pintan de rosa en 30 segundos.

Volveré a Kansas City a que me hagan daño mis zapatos de flamenca y mis volantes de sueños. Y saldré de allí con mucho acento y el corazón roto. Buscaré quien me caliente la cama y no el corazón. Saltando descalza en todos los charcos de lágrimas para que salpiquen y vistan las cuencas de mis ojos.

Quemaré piedra y kilómetros para ser la macarrilla que te acosa en ascensores que suben al octavo piso del cielo. Y me pelaras la barbilla a besos y el corazón a te quieros.

Volveré al punto de partida que me trajo a este preciso y precioso momento, y encenderé con mi colilla la mecha del recuerdo . Corriendo por las calles tan deprisa como puedan mis piernas, entrenadas abrazando tu cintura, llegaré a tus brazos. A este preciso y precioso momento en el que todo estalle. Porque ya no necesito saber porqué o cómo llegue hasta aquí. Hasta tí. Sólo necesito bailar lento contigo bajo esta lluvia de pasado que no moja .

Y písame los pies de vez en cuando para que siga pegada al suelo.