sábado, 27 de marzo de 2010

Dedica-dos

Mañana

Antonio se nos ha ido,
-un crujido de silencio-
homenajes en formato mp3
y viajes al pasado sin cinturones
que me amarren el corazón al pecho.

Una vez tú
también te recreaste en mis abismos,
cuando tu risa bailaba al son
de "La chica de ayer"
en aquel piso (la plaza de la niña)

cuando nos comíamos

Madrida
manos llenas
(Plug & Play)
en un fin de semana.

Cuando yo no era otra,
sino distinta,
cuando tú eras el mismo... ¿habrás cambiado?
Quizá también te mires en el espejo
y veas contornos difuminados
caricias de tinta y garabatos de piel

Cierro los ojos,
me tiño los pulmones de verde,
a caladas profundas
(como tus besos)

...puede que te llame...

Mañana,
cuando estas palabras
también sean pasado,
o al menos no se me enreden en la garganta.

*************

De papel de Fumar

Blankita,
la Nieve menos pura,
cortadita con arena y sal
pero coca de la buena,
que se esnifa por los ojos
y te pica el corazón

y la entrepierna

Nieve más pura que puta,
más puta que princesa
y más princesa que muchas.

Poeta de coplillas en papel de liar...

¿Cuándo nos fumamos unos versos?

(Dedicado a Cris, que consiguió que dejase de tenerle manía a Blancanieves)

viernes, 26 de marzo de 2010

Sumideros


Hay días,
como aquel,
que pienso en vomitarlos,
pero me da tanta vergüenza.
Y me pregunto si tendrán fondo
mis sumideros
y si serán mis dedos,
o serán otros dedos,
los que provoquen la arcada que desencadene
todo lo demás.

Sé que todos los abismos son oscuros, gélidos
y apestan.

TODOS.

Pero me avergüenza tanto
que alguien se asome a mis precipicios
y pueda oler la esencia
de lo descompuesto.

Y habrá un mañana,
quizá mañana mismo,
en que trague tu saliva
para aplacar el dolor de las palabras
que busco en diccionarios nunca escritos.
Esas que no pronuncio nunca en voz alta,
sólo bajito frente al espejo,
porque me dan miedo.
Si me avergüenza mirarme
a los ojos en esos momentos,
¿cómo voy a forzar a alguien a abrir la caja de los truenos?

Y soportar la tormenta.

Y lo intento
y no puedo.

A veces soy la histérica del avión
deseando que alguien me abofetee
y otras veces quiero ser
el comandante de este vuelo
cargado de explosivos.

Pienso que debería desnudarme
de piel y huesos
pero me sonroja tanto
la vergüenza que siento
por todos mis borrones de tinta.
Maquillo mis rojeces
de versos y rímel
negro.

Y bajo el listón del 110%

Y atiendo a razones
y llamo al deseo.

Y creo en lo que sientes.

Y crees en lo que siento.

martes, 23 de marzo de 2010

Remember

He decidido ir recopilando los poemas que anteriormente he colgado en otros sitios, por aquello de tener la casa recogida (será que la mudanza me ha afectado más de lo que pensaba). A decir verdad, es también una buena excusa para que no le salgan telarañas a este sitio.

Con espíritu de primavera y las ansiadas vacaciones a la vuelta de la esquina, os dejo con estos remember, que algunos de vosotros ya conocereis.

Al sur de mi ombligo

Miénteme,
dime que me quieres como el primer día
que no te pesa ninguno de los momentos a mi lado
que te excito como un adolescente

Miénteme,
dime que nunca has querido cambiarme
que soy perfecta para ti
que me follarías todas y cada una de las noches

Miénteme si es lo que quieres
pero prefiero que seas sincero
y me quieras con la conciencia de los años
que me digas que pesan momentos,
pero somos dos para cargarlos,
que no te excito con las manos
inexpertas y nerviosas de un adolescente
si no con las sabias manos
que recorren un camino trazado
una y mil veces

Sincérate,
y dime que quieres cambiarme
para hacerme crecer un poco más cada día
que soy terriblemente imperfecta
y me quieres,no con mis defectos,
si no a pesar de ellos,
y que habrá noches en las que necesites
simplemente sentirme presente en tu cama
como el que siente que está en casa.
Y habrá noches que tu hogar estará
al sur de mi ombligo.

Clases de cocina

Mi punto de ebullición se encuentra
díez graditos más arriba
de las rimas que inventas en mi cuerpo,
a un milímetro de distancia
entre tu sexo y mi sexo
justo dos segundos antes
de que el corazón se me escurra a la entrepierna.

Esta noche cocinas.

lunes, 22 de marzo de 2010

Soy una cobarde

(Porque la vida tiene buenas coincidencias
y un sentido del humor demasiado retorcido. )


Por ser mi medio bocata
en las cenas a medias.

Por las noches de juerga,
cerrando los ojos y los bares.

Por la vez que me acompañaste
borrachos como cubas
a la mesa electoral, y después
celebramos que me librara.

Por el streap-poker en el salón de mis padres

Por las veces que nos sorprendió el día
liando el último vuelo en Los Tilos
o las que nos follamos en El Pana
y era mentira,
pero era gracioso contarlo.

Por las cosas que no contamos a nadie más
de aquellas noches.

Porque Manowar no sería lo mismo sin ti.

Por ser mi pareja de hecho,
más que eso, mi hermano,
y cuidarme cuando estaba lejos
mi hombre tranquilo.

Porque no quiero hablarte
de la implosión,
del fundido en negro
de platos en la lavadora,
de momentos de jodida lucidez

Porque sabes que yo lo sé...

No necesito excusas
para no querer mentirte
y me faltan cojones
para decirte la verdad.

Perdón
por ser una cobarde
y no hacerte la única pregunta
que me importa

¿Qué tal llevas lo de tu padre?

Vértigo

No,
No es vértigo,
es que a mi instinto suicida
le gusta asomarse a los balcones,
y prefiero mantenerlo
en estado latente.

jueves, 18 de marzo de 2010

miércoles, 17 de marzo de 2010

Historia de (des)amor: El labrador y la Tierra

Una vez me enamoré de un pez. Boqueaba y se retorcía en mi pecho y yo pensé que eran los mejores besos de amor que jamás me habían dado. Lo quise tanto que lo asfixie en mis fangos.

Una sola vez me enamoré de una lombriz. Ciega reptaba por mi cuerpo con la sabiduría del que siente y cree, sin necesidad de ver. Y la quise tanto que la deje hacer hasta que me dejó hueca por dentro. Y se alimentó de los restos del pez y mordió el mismo centro de mi pecho. Y lloré tanto que la ahogué en mis fangos.

Y dos veces me enamoré de ti. Una el día que llegaste y no huiste al ver este campo de tierra yerma. Cuando te calzaste las botas de labrador y limpiaste de barro las comisuras de mis labios. Y te quise tanto que te arranqué una pepita del corazón y anidó en mi vientre.

Y volví a enamorarme el día que brotó la primera brizna de hierba.

viernes, 12 de marzo de 2010

Sueños en miniatura

Podría resumirlo todo en un GRACIAS, así en mayúsculas, pero sabeis que no es mi estilo.


Apuré el último trago de cerveza y me coloqué la flor en el pelo. Pinté mis labios de un rojo imborrable, o al menos eso dicen en los anuncios. "Se la puedes comer a todo un equipo de waterpolo en la piscina y será lo único que no se corra". Este tipo de gilipolleces me hacen sentir segura.

Fuí a Tribunal a encontrarme con Cris que apareció con su sonrisa por bandera y pensé , mientras se acercaba, "yo quiero una dentista como ésta, con batita blanca y mascarilla, y no al cabrón que tengo, que escatima en anestesia".

Mezclamos las palabras con vodka (ella), cerveza (yo) y empedrado de Malasaña. Al mirarla me di cuenta de que me llevaba 10 años de ventaja, pero a la inversa. Cuando se calzó los tacones recordé exactamente cómo sonaban los míos por este mismo Madrid, tan distinto.

Enfilamos para el buko a saldar todas las cuentas pendientes de una y al entrar tuve esa extraña sensación de déjà vu. Me habían hablado tanto sobre este bar que tuve la impresión de volver, a un lugar que nunca había pisado.

Desde que cruzamos la puerta, Cris se afanó en presentarme a un montón de gente que no recordé más allá de la tercera cerveza y a otros que perdurarán en mi memoria selectiva dentro de unos años. Le puse voz a Gsus, y fue como darle la última vuelta de tuerca a sus poemas. Le puse cara a a Inés, y sonreí también por dentro, al reconocer sus pecas.

Pedí un par de cervezas mientras el local se llenaba de gente. En el aire flotaban el humo de los cigarros y un par de comentarios sobre el culo de Escandar, que no tardó en aparecer cargado de papeles y sonrisas. Y al verle pensé "Tiene los ojos muy grandes y muy vivos". Si te observaba mucho rato sentías que no podías ocultarle nada, aunque puede que sea porque ya conoce secretos en forma de verso.

Las rubias me robaban los nervios en nuestro particular boca a boca mientras hablaba con gente de cuyo nombre no lograba acordarme aunque tenía grabados fragmentos de sus poemas por debajo de la piel. Y todos iban pasando por un metro cuadrado de madera y de sueños. Miré a mi alrededor y vi en los ojos de aquella gente que aún queda magia, más allá de un simple truco.

Cuando había perdido la cuenta de los botellines que llevaba, subió Escan y por cómo me miraba sabía que me llamaba a filas. Me presentó recordando la primera vez que me leyó y sentí que el orgullo y la vergüenza escalaban a partes iguales por mi columna. Leí Esquinas, demasiado deprisa, con los ojos fijos en el papel, que según dicen no tembló en mis manos. En Punto G levanté la vista recordando a la golfa / pelirroja / con piercing en la lengua y sonreí al encontrar a Cris. Me hubiese encantado tener huevos para recitar de memoria el poema que le dediqué hace tiempo, pero no tenía claro si me faltaba o me sobraba una birra para hacerlo. Cerré con Bulimia Emocional, algo atragantada y al bajar ella me recibió con su sonrisa y un abrazo, y mi hermano con un beso y carita de sorpresa.

Luego subió ella y empezó a leer su jodido jazz y supe que Nueva Orleans se había mudado a su ombligo y que la ciclogénesis anunciada para esa noche, se hacía explosiva entre sus piernas, que no distan tanto del cielo.

Hablé horas con Tetsuo sobre las cosas pequeñitas que mueven el mundo, sobre mi absurda teoría de las esdrújulas, sobre lo bonita que es la palabra "aliñado". Hacía preguntas incómodas y yo no daba respuestas al uso. Hacía tiempo que no hablaba así en un bar que no estuviese cerrando. O cerrado.

Hablé con Escandar poco tiempo (o me supo a poco), de mis flirteos con Madrid y de Carlos Salem; se nos llenaba la boca de piropos y los ojitos de sonrisas.

De Julen y Garzi me sorprendió su carita de críos y me hizo pensar si alguno de los niñatos que puebla mi autobús tendrá la mitad de riqueza interior y de ganas de comerse el mundo.

Cuando Inés cerró el bukowski mientras yo le daba las gracias, un poco perjudicada ya, Barbietútica y Etíliko fueron mis acompañantes. Terminamos la noche en el Ya'sta, que es un antro, pero está a dos portales del sofá de mi hermano.

Dormí un par de horas antes de coger el tren de vuelta. No tuve ningún sueño.

Quizá porque llevaba toda la noche soñando despierta.