jueves, 11 de febrero de 2010

Ejercicio en el patio






Hoy me siento jodidamente culpable. Hace tiempo que tengo una cuenta pendiente con algunos personajes que me esperan, con más resignación que paciencia.

Me miran con ojos llenos de reproches acumulados. Y me hablan con esa voz que ya es la suya, porque todos los personajes tienen una voz propia, aunque luego usen las frases de cualquiera.

“¿Cuándo coño vas a darnos esa historia que nos debes?”

Así que los saco a estirar las piernas un rato, como en el patio de una cárcel, donde los kilómetros no te llevan a ninguna parte. Como en el cuadro de Vincent van Gogh.



La verdad de Jorge

La primera imagen que me viene a la cabeza es Moisés. Bueno, quizá haya sido la segunda. Me siento extraño excitado y pensando en la Biblia, pero esa mujer cruza el bar como quien separa los mares. Cuando llega a la barra yo ya pienso en separar ..

-¡Joder! ¿¡has visto a esa tía!?- claro que la he visto. Todo el bar la ha visto.

Jon me ha sacado de mis ensoñaciones en el momento más inoportuno. No le quita ojo de encima y casi puedo ver el charco de babas en la mesa. Sólo espero no tener la misma cara de gilipollas que él cuando la miro. Aunque no creo que importe porque ella no parece percatarse del olor a testosterona del ambiente.

Se sienta en un taburete y espera a que el camarero se acerque. Pide algo que no puedo oír y rebusca en su bolso para sacar una cajetilla de More.

-¡Esta tremenda! – se ríe demasiado alto, como un crío.

-Y que tengas 37 años Jon... - ¿esto lo he dicho en voz alta? - Es puta – esto seguro que sí lo he dicho bien claro.

-¿Qué? - Jon pone cara de sorprendido y yo le miro impasible.

-Es cuestión de detalles, amigo. Al llegar no ha hecho amago de buscar una cara conocida. Se ha sentado sola en la barra y ahí la tienes con un pitillo que podría durarle media noche y sin mirar una sola vez al reloj. Está claro que no espera a nadie. - como si me oyera, se remueve en el asiento para cambiar de postura. Cruza las piernas y juguetea, aburrida, con el hielo de su copa.
Para calzarse esos pantalones tan ajustados habrá tenido que untarse con vaselina. ¿untada en vaselina? .. Dejo de mirarla y echo mano al Marlboro de Jon.

Una incipiente erección amenaza con reventar mis pantalones.



La verdad de Jon


-¿ Y ahora dónde vas?
-A echar un meo. No sabía que tenia que pedirte permiso, papá.

Me repatea su ironía. Él lo sabe. Creo que por eso la utiliza tanto, para tocarme los cojones. Lleva un paso marcial hacia el tigre. ¿A que habrá venido el numerito del psicoanálisis? Hoy está especialmente raro. Más de lo habitual. ¿Que es puta? Bah! Bueno, ahora que la miro bien tiene pinta de no enseñarte ni la goma del tanga por menos de 300. Si es que lleva. Decido jugar fuerte, aunque quizá sea el whisky el que decida por mi. Nunca he tenido mucho aguante. Me acerco a la barra y ataco por el flanco derecho.

-Mi amigo cree que eres puta y yo creo que él es un gilipollas.- trago saliva. Espero que no haya sonado tan ridículo como en mi cabeza. Se gira y me clava sus ojos de gata.

-Yo creo que los dos sois unos gilipollas. Y dile a tu amigo que siento mucho que no recibiera el cariño necesario en el lupanar donde se crió, pero no hace falta que busque a su madre en todas las mujeres. - me habla despacio, como quien habla a un niño. Sus palabras han sonado como una bofetada. Me doy media vuelta y me dirijo a refugiarme en la mesa. Jorge vuelve del baño y me mira extrañado.

-¿Que coño le has dicho? - su pregunta suena entre nerviosa y divertida.

-Que tú creías que era una puta- Si las miradas matasen me haría el harakiri ante un espejo antes de soportar la de mi amigo.

-Tú es que eres subnormal.

-Y estoy borracho. Nos ha llamado gilipollas a los dos y creo que a ti hijo de puta, pero en plan fino.

-Es que no me lo puedo creer. - se pasa la mano por la cara y se estira de la perilla.

Quizá yo también me deje una. Parece que a las tías les gusta ese rollo. Al menos a él le funciona para dormir caliente siempre que quiere.
Se lleva su vaso y se sienta junto a ella. Desde aquí no puedo oír lo que le dice pero.. ¿se ha reído? Ella se ha reído. La llama puta y ¡se ríe! Tiene que ser la jodida perilla.

Esta semana no me afeito.



La verdad de Ella

-Perdóname, es que tengo complejo de Edipo .

Al menos es ingenioso.

-¡Vaya! Creí que tu amigo era el tonto del grupo. No confiaba en que te llegara el mensaje.

-Él se esfuerza , pero insultar a hermosas desconocidas da muchos puntos. - me río. Este cabrón tiene su gracia. Al menos no es el mismo rollo de siempre.

-En serio, disculpa mi torpeza, es que ver a una mujer como tú, aquí sola .. - me equivoqué. Decido pararle porque me da morbo y no quiero que lo estropee todo.

-No hace falta que me recuerdes lo buena que estoy, eso ya lo sé. Sólo quiero que te despidas de tu amigo por esta noche y me enseñes algo interesante de esta ciudad. - A la yugular. Muchos titubean o simplemente pierden el control de su mandíbula inferior. Él coge el paquete de Marlboro y lo lanza a la mesa de su amigo.

-¡Adiós Jon!

Jon acaba de confirmar mis sospechas. Sí que es el tonto del grupo, con esa cara no cabe duda.

- Esta ciudad apesta, pero mi casa es un lugar de lo más interesante. - me tiende una mano y la estrecho.

Su tacto promete.

2 comentarios:

  1. Si no me equivoco, creo que ya lo he leído en la vieja Comunidad, pero siendo tan impactante como siempre. Natural, con garra y con un toque personal. Muy bien llevado y planteado. Habrá continuación, ¿no? ;).

    Un saludo.

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  2. Exacto, es parte del relato Show Bussines que colgué allí, que memoria que tienes jodio xD Hará ya casi 2 años (que vértigo). No terminé de perfilarlo y me sigue rondando desde entonces. Tengo que dedicarle tiempo.
    De momento no hay continuación, no hasta que de vea en mi cabeza la estructura de lo que quiero contar. Ya iremos viendo...

    Un abrazo compañero.

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