jueves, 24 de marzo de 2011

Poema de Ramón Eder






LA FRASE

Las palabras que ella dijo
aún se oyen diez años después en los aeropuertos,
en las playas, en el jardín y en la cocina.
Resuenan un momento,
actuando sobre los músculos del rostro,
y se van para volver en el momento más inoportuno.
A veces resuenan como truenos,
otras, con el sonido irónico del clarinete,
y a las noches como un zumbido turbador.
Pasan meses y pasan años
acalladas con éxitos mundanos,
con copias lujuriosas y con premios al tesón.
Pero nunca enmudecerán del todo,
porque nadie olvida la frase
con la que fue expulsado del paraíso.


Del poemario Lágrimas de cocodrilo (Hiperión '88)

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