Le debo
una caricia
por debajo de la ropa
al primer chico que me dió
un beso
una declaración valiente
al de ojitos dulces
que nos dejó tan pronto
un paquete de Marlboro
al Camino
de la facultad de periodismo.
un orgasmo
a un kioskero de Gran Vía
por aquel que le fingí
por teléfono
mientras me cepillaba
los dientes
un momento de locura
transitoria
a la puerta de un hotel
con vistas al mar de sus ojos
y un relato tórrido,
a tres bandas,
a la parte trasera
de una furgoneta blanca
Un poema
a los bancos
de la estación de autobuses
y más de cien
a esa forma
tuya
de mirarme.
Debo
muchas horas extras
como madre, a mi hija,
y a mi padre,
un poco menos de rabia.
Las cuentas pendientes... siempre están ahí. Tabula Rassa es un imposible, pero al menos siempre se puede sustituir una cuenta pendiente por otra de una naturaleza similar.
ResponderEliminarUna gran entrada, por la forma y por el trasfondo. Sigue así.
Yo es que me quedo muda al leerte, en serio, me encantan los juegos de palabras y eres epxerta en ellos. Sigue así como dice Vaal jejeje. Biquiños :P
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