miércoles, 21 de septiembre de 2011

Revenge

He encontrado haciendo limpieza una frikada que me hace bastante gracia y quería compartir. Es un relato basado en una partida de rol que jugamos hace eones a Vampiro, la Mascarada. Yo era Lukene, una Malkavian bastante zumbada.



- Lukene, ¡date prisa! ¡No tenemos tiempo para esto! - La voz de Nox era áspera, como su barba.

Lady le ayudaba a bloquear la puerta con una cómoda mientras observaba nerviosa cómo Lukene seguía en el suelo, abrazando el cuerpo ensangrentado de Edain.

-Coge a esa puta chiflada de los pelos y ¡salgamos de aquí joder!

Nox dió un paso hacia la mujer y ésta levanto la vista. No dijo ni una palabra pero el gangrel lo leyó en sus ojos.

-Dame las armas que tengas Lady.

-¡¿Pero que coño dices?! ¿Es que tú también te has vuelto loco? No podemos quedarnos, en este edificio hay por lo menos 10 tíos a punto de estar muy cabreados cuando se enteren de que nos hemos cepillado a Jack.

-No te he pedido que te quedes, te he pedido la jodida pipa. Y date prisa si quieres salir de aquí, no tardarán en subir a comprobar porque tarda tanto.

Lady se subió la cremallera de la falda hasta medio muslo y sacó su Glock 17. Se detuvo un momento a mirar el cuerpo de Edain y la sangre empezó a burbujearle en las venas.

-¡Mierda! ¡Coño! ¡JODEER! - empezó a patear el bulto encuerado que yacía a sus pies - Tú, colgada, mueve el culo y recoge tus armas si no quieres acabar como él, se lo debes. Y tú, chucho - dirigiéndose al pelirojo - como esto salga bien me vas a lamer las botas hasta desgastarlas , ¿entendido?

Nox sacó la lengua y rompió a reír, aunque su carcajada sonó nerviosa. Cargó su ballesta y se giró hacia Lukene. Ella se estaba quitando la chaqueta para cubrir a Edain. Cuando le ofreció su mano, la rechazó y se puso en pie. Se limpió la sangre en la camiseta de tirantes y miró a sus compañeros una vez más antes de encarar la puerta.

-No tenéis porqué hacerlo... estáis a tiempo de salir de aquí.

El chasquido del cargador de Lady fue la única respuesta, depués el silencio.

-Oigo unos pasos, ya vienen...